Antes de nada, verifica que quien vende el vehículo figura como titular en el permiso de circulación. Si el coche o la moto tiene varios propietarios, cada uno debe aportar su DNI para acreditar su participación en la venta.

Antes de firmar el contrato de compraventa, resulta fundamental asegurarse de que no existan cargas sobre el vehículo. Para ello, solicita un informe oficial de la DGT, así evitarás sorpresas desagradables—por ejemplo, que el vehículo tenga una reserva de dominio o esté embargado. Las reservas de dominio suelen derivarse de financiaciones no canceladas o de anotaciones que la entidad financiera no ha eliminado tras el pago.

Clarifica por adelantado quién asumirá los gastos asociados a la transferencia: el impuesto de transmisiones patrimoniales en Hacienda, las tasas de tráfico y, si procede, los honorarios de gestoría. Aunque normalmente corre a cargo del comprador, conviene dejarlo por escrito en el contrato.

Redacta el contrato de compraventa por duplicado y conserva una copia firmada por ambas partes, vendedor y comprador.

Si la operación la realiza una empresa de compraventa, asegúrate de que el contrato se firme a nombre de dicha sociedad. De lo contrario, perderás la cobertura de la garantía al tratarse de un acuerdo entre particulares.

Anota siempre el kilometraje real del vehículo en el contrato. De este modo, si más adelante descubres que el cuentakilómetros ha sido manipulado, tendrás fundamento para reclamar.